Desde hace tiempo la vida en la ciudad (Valencia, España) en la que nací y me crié, tengo a parte de la familia, desarrollo mi trabajo y tengo buenas amistades se me hacía cuesta arriba. Hará ahora unos cuatro años leí un cuento titulado "Un cuento de terrorismo energético" de Pedro Prieto, con quien hice amistad, y que se ha publicado en varios sitios de Internet y fuera de ésta. Un tiempo después nació el web titulado "Crisis Energética", un sitio al que hemos venido a parar mucha gente con inquietudes tanto similares como dispares, y en cuyo foro se han gestado amistades y complicidades varias.
Es en los intercambios y conversaciones de dicho foro y con algunos de sus miembros, en los que he empezado a vislumbrar la posibilidad de formas de vida "alternativas", viables a corto y medio plazo, hablando en términos "globales", en un mundo que se pretende globalizado. El largo plazo, definido por un entorno decididamente hostil para la mayoría de los seres humanos -producto de la progresiva carestía y encarecimiento de la base energética (los combustibles fósiles) de nuestras actuales sociedades, nuestra civilización en suma- es una dimensión que escapa totalmente a mi capacidad de imaginar. El medio plazo, entendido por aquel en que empiece a romper aguas el esquema que mantiene en funcionamiento nuestra civilización, sólo me resulta imaginable de forma fragmentada, y por tanto, compleja. Y en el corto plazo, que coincide con mis plazos vitales corto y medio, andan mis pre-ocupaciones.
Visitar Old-Hall ha sido toda una experiencia. Una "comunidad" que cuenta ya 32 años de vida, una edad más que respetable. ¿Hasta qué punto Old Hall puede ofrecerme, a la gente de mi entorno, lecciones interesantes? Ese era más o menos mi propósito cuando contacté con ellos, y contando mis experiencias quiero compartirlas con quienes andan enredados en pre-ocupaciones similares.
26 septiembre 2006
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